Microsoft lanza a mediados de noviembre una actualización para Windows 10 de gran calado, que afecta a diversos aspectos de su nuevo sistema operativo, renovando la interfaz gráfica, efectuando cambios en el asistente Cortana, el menú Inicio y añadiendo aplicaciones de interfaz moderna gratuitas adicionales. El problema que plantea es que no avisa de su gran calado y requiere para completarse entre 30 minutos y hora y media, es decir, casi el equivalente a instalar el sistema operativo desde cero. Ni que decir tiene que no se puede utilizar el equipo ni interrumpir el proceso durante este periodo de tiempo. Es por eso que no es aconsejable reiniciar el ordenador para aplicar actualizaciones más que en un momento en el que, si se da esta circunstancia de actualización masiva, no suponga un contratiempo.
